Para lograr un buen desempeño y ser mucho más competitivas en el mercado, las empresas hoy en día necesitan de una buena gestión de activos IT. Gracias a esta gestión de activos se van a conseguir tres aspectos fundamentales, acelerar los flujos de trabajo, controlar el riesgo y reducir los costes de los activos IT.
Una buena gestión de activos IT permitirá a la empresa conocer mucho mejor toda su estructura, lo cual la permitirá ofrecer mejores servicios a sus clientes y también reducir cualquier tipo de problema o incidencia que pudiera estar relacionada con sus IT.
Una buena gestión de activos requiere de métodos y prácticas específicas y eso es lo que vamos a tratar en este artículo.
Prácticamente cualquier empresa del mundo se encuentra conectada a internet de una forma o de otra. No es estrictamente necesario vender online para contar con una conexión a internet, basta con tener un catálogo en línea dentro de la propia empresa o pedir los productos a tu proveedor a través de la red.
Cada vez que te encuentras conectado a la red estás asumiendo que cualquier persona pueda llamar a tu puerta virtual. El problema es cuando no llaman, sino que lo que hacen es entrar sin permiso accediendo a la puerta de atrás de tu negocio. Esto puede suponer un problema debido al acceso a la información que pueden tener, ya que pueden comprometer la integridad de tu negocio.
Para proteger los equipos informáticos al máximo es necesario llevar a cabo una buena gestión de vulnerabilidades informáticas.
El proceso que tiene que ver con la gestión de vulnerabilidades de IT es cíclico. Se trata de un proceso que requiere una monitorización continua durante la cual iremos corrigiendo los errores necesarios para proteger los recursos IT de la empresa. Vamos a ver al detalle las fases con las que cuenta.
Lo primero que debemos hacer para empezar con la gestión de vulnerabilidades IT es identificar cada uno de los recursos IT que forman parte de nuestra estructura. En este caso tendremos en cuenta los componentes como el hardware, las aplicaciones o licencias de software que tengamos, bases de datos, antivirus…
Básicamente es necesario identificar todos estos recursos para saber sobre qué tenemos que trabajar. Todo esto que identifiquemos serán nuestros recursos potencialmente vulnerables que tendremos que cuidar.
El siguiente paso será el de recopilar información. En este proceso lo que debemos hacer es detectar y exponer todas las vulnerabilidades que pudieran existir en nuestra empresa sobre los elementos de la estructura IT que hemos identificado en el apartado anterior.
Para lograr esto es necesario llevar a cabo un análisis de vulnerabilidades bajo una visión externa. Una visión externa nos ayudará a contar con una visión menos sesgada y, por lo tanto, una visión mucho más precisa y objetiva.
Ahora que hemos identificado las vulnerabilidades es necesario llevar a cabo un proceso de análisis y evaluación en donde podamos clasificar y priorizar las amenazas en diferentes niveles.
Aquí deberemos de priorizar aquellas amenazas que suponen un mayor riesgo para nuestro negocio. Además, también deberemos tener en cuenta aquellas que suponen un mayor impacto en los procesos de la empresa. No será igual de grave que nos falle una puerta de la empresa a que se nos pare toda la maquinaria.
Para poder llevar a cabo esta clasificación de la mejor forma posible lo más recomendado es recurrir a un sistema de puntuación de vulnerabilidades. Si somos capaces de asignar un valor cuantitativo podremos priorizar las amenazas mucho mejor.
En este apartado iremos aplicando toda clase de medidas necesarias para corregir las vulnerabilidades de la empresa. En este caso deberás proceder por orden de prioridad de amenaza como hemos visto en el apartado anterior, tratando de subsanar antes las tareas que comprometen la seguridad al completo de la empresa.
Durante esta fase podrás adoptar nuevas políticas de seguridad, llevar a cabo nuevas acciones que te permitan actuar de diferente forma o aplicar cualquier parche que solucione el problema. Como norma habitual se puede optar de forma preferente por corregir aplicando el parche, mitigar para reducir la posibilidad de la vulnerabilidad o aceptar si la amenaza no es lo suficientemente grave.
Una vez que se haya aplicado cualquiera de estas medidas se llevará a cabo otro análisis de vulnerabilidades para cerciorarse de que la solución adoptada tiene el efecto deseado.
Finalmente, una vez que se haya llevado a cabo toda la corrección de las vulnerabilidades es necesario informar y registrar todo lo que se ha implementado. Con esto buscamos el tener mejoras futuras y poner a disposición de la empresa todos los cambios que hemos hecho.
Aquí se utilizarán toda clase de herramientas visuales que trabajan con métricas para facilitar la velocidad a la hora de detectar el tratamiento de vulnerabilidades. Debes recordar que la gestión de vulnerabilidades no termina en esta fase, ya que estamos ante un proceso continuo que debe de estar siempre en constante funcionamiento. Recuerda que pueden aparecer nuevas debilidades con el paso del tiempo por lo que siempre es necesario aplicar este proceso para poder detectarlas y tomar las medidas adecuadas.